Masacre de El Junquito
Dictadura sin máscara,
A mansalva asesinas,
A pesar de tu agresión,
Siempre tendrás oposición.
Dictadura mafiosa,
Eres demagoga,
Hablas de revolución,
Cuando cosechas hambruna y destrucción.
Dictadura putrefacta,
Hollín de la tierra,
Contaminación de mi bandera.
Dictadura nefasta,
Grillete de la miseria,
Cercenas la conciencia.
Dictadura fascista,
El pueblo avanza,
Con alianzas forjadas,
En lo más hondo del alma.
Dictadura genocida,
Emisaria de la muerte,
Tu juicio es inminente,
Serás condenada por la historia y su gente.
La Unión de Jóvenes Revolucionarios, juventud del partido Bandera Roja, condena y repudia la masacre ocurrida ayer 15 de enero en El Junquito, donde la dictadura de Nicolás Maduro utilizó toda su saña y fuerza represiva para acabar con la vida de Oscar Pérez y sus compañeros de lucha. La catadura masacradora del régimen la observó el pueblo venezolano cuando fue testigo del despliegue de 600 hombres fuertemente armados. Su intención era clara: asesinar a Oscar Pérez y su gente, pues se estaban convirtiendo en un ejemplo de rebeldía para los venezolanos.
Como toda dictadura, los caídos en la Masacre de El Junquito eran acusados de terrorismo, aunque en ninguna de sus acciones salió alguien herido. Con esta acusación el régimen dictatorial, conociendo la simpatía que empezaban a tener dichas acciones, decidió asesinarlos sin fórmula de juicio, a pesar de que a través de las redes sociales el propio Oscar Pérez manifestó su disposición de entregarse. Al acusar a Oscar Pérez y su grupo de terroristas y de banda criminal, Nicolás Maduro pretende justificar la masacre, el despliegue militar, el uso de colectivos armados (paramilitares es el término correcto) y armamento de guerra (entre ellos el uso de una bazuca diseñada para atacar carros de combate) contra de ciudadanos rendidos, apenas protegidos por cuatro paredes de cemento. Esta pretensión nos hace recordar el discurso de gobiernos masacradores que durante el régimen bipartidista detentaron el poder entre 1958 y 1998.
En Cantaura (1982) y Yumare (1986), por nombrar dos masacres tristemente célebres del siglo XX, el bipartidismo tildó de terroristas, criminales y subversivos a quienes se atrevieron a rebelarse contra el status quo de entonces. Y en el caso de la Masacre de El Amparo, donde asesinaron a 17 campesinos, el régimen bipartidista montó una tramoya para justificar su política represiva contra el pueblo venezolano. Hoy la dictadura de Nicolás Maduro hace lo mismo. Justifica la masacre a Oscar Pérez y sus compañeros.
La masacre del día de ayer 15 de enero no es la única perpetrada por las mafias que gobiernan el país. Recordemos la Masacre de Barlovento, la Masacre de Tumeremo, la Masacre de Cariaco, por solo nombrar tres de las más conocidas.
La Masacre de El Junquito es un ejemplo más de la clara violación de derechos humanos que ha caracterizado a este régimen, consagrados en la Declaración de los Derechos Humanos, suscrita por el estado venezolano en 1948. Así que todo el discurso de la dictadura de Maduro a favor de los derechos humanos no es más que hipocresía.
Exigimos que una comisión independiente, con participación de organizaciones no gubernamentales de defensa de derechos humanos nacionales e internacionales, realice una exhaustiva investigación sobre esta masacre y que lleve a enjuiciar a los autores materiales e intelectuales de estos asesinatos. Asimismo, llamamos al pueblo venezolano a organizarse en asambleas de ciudadanos como lo establece el artículo 70 de nuestra Carta Magna y que de ellas insurja una fuerza democrática, popular y ciudadana orientada retomar la #RebelionDemocratica para salir de la dictadura madurista.
A los soldados y policías al servicio de la fuerzas represivas del régimen y que se excusan en la frase “yo cumplo una orden”, les invitamos a leer el artículo 25 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que establece:
“Todo acto dictado en ejercicio del Poder Público que viole o menoscabe los derechos garantizados por esta Constitución y la Ley es nulo, y los funcionarios públicos y funcionarias públicas que lo ordenen o ejecuten incurren en responsabilidad penal, civil y administrativa, según los casos, sin que les sirva de excusa órdenes superiores.”
En este sentido, los exhortamos a reflexionar sobre su conducta ante las manifestaciones de descontento del pueblo venezolano, a no apuntar las armas contra una población que pasa hambre, que sufre las penurias más graves de la historia de Venezuela. Los llamamos a defender los intereses de la mayoría, de la nación venezolana y no los de las mafias enquistadas en el poder.
Se equivoca Nicolás, Diosdado, Bernal y toda la cúpula del PSUV si creen que con esto atemorizarán al pueblo y detendrán la rebelión. La lucha por la libertad y la democracia es hasta vencer.
!La lucha de tantos no será en vano!
¡Abajo la dictadura masacradora!
Unión de Jóvenes Revolucionarios